¿Escuchas tanto como sueles?

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Vivimos en una época en la que prácticamente todo el mundo tiene espacio para hablar, ya que las redes sociales permiten a muchas personas expresarse.

Sin duda, la tecnología ha mejorado las comunicaciones y, si no tenemos cuidado, nos pasaremos el día escuchando "voces ajenas".

Probablemente se pregunte cuál es el perjuicio.

Simple, el ser humano tiene un agudo nivel de asimilación y si pasa demasiado tiempo en las expresiones de los demás, puede perder los suyos e influirse rápidamente.

Sin embargo, escuchar y observar a los demás va más allá de este efecto influyente, porque hay otro comportamiento que debemos controlar en nuestras vidas: el habla.

¿Alguna vez te has parado a pensar si todos los días oyes decir las mismas cosas? ¿Estás siendo una persona muy aburrida? por sólo querer expresarte y no prestar atención a los siguientes?

Pues bien, vamos a reflexionar un poco más sobre el tema y a hablarte del daño que puede hacer a nuestras vidas.


La necesidad de hablar

El lenguaje oral es esencial para nuestra supervivencia, ya que a través de él podemos satisfacer nuestras necesidades básicas y complementarias.

Pero esta expresión no sólo es eficaz para nuestra subsistencia, también puede ser terapéutico cuando nos desahogamos y liberamos todo el peso de nuestros pensamientos.

Es normal, porque la vida no es fácil y aprendemos constantemente a afrontar los retos que se presentan. Pero hay personas que hablan más de lo que escuchan, y en una relación duradera, eso es un problema. puede tensar la relación entre las personas y traer conflictos.

Éste es sólo un ejemplo, pero si se fija un momento, una persona que habla demasiado puede cansar no sólo a su cónyuge, sino también a sus hijos, amigos e incluso compañeros de trabajo.


¿Por qué algunas personas hablan más y escuchan menos?

Pues va más allá de lo que imaginamos. Todo puede empezar en la educación de una persona, si está acostumbrada a que la escuchen y a ser el centro de atención desde pequeña, puede darse el caso. para crecer con esta necesidad.

Otra cuestión relacionada con el comportamiento de hablar más que escuchar es el perfil extrovertido de las personas, que puede definirse en función de su experiencia y formación.

En el caso de los niños que son extrovertidos pero no tienen el espacio para exponerse en la familia, también crecen con una falta de exposición, lo que conduce a necesitan una mayor y completa dedicación como adultos.

Además de las personas comunicativas, existe el perfil de personas más introvertidas, a las que no les importa sacar a la luz todo lo que realmente están viviendo.

Pueden ser compañeros interesantes para los que adoran que les escuchen, porque la diferencia de comportamiento equilibra la relación.


Escuchar a los demás y a uno mismo

Es muy molesto que te interpreten como un "bocazas", egoísta, individualista y egocéntrico, pero si tienes la costumbre de hablar demasiado, intenta controlarlo por tu bien y el de los que te rodean.

A la empatía nos ayuda a equilibrar este proceso del habla.

Si estás en una relación en la que esto ocurre, ten en cuenta que una de vuestras voces puede estar haciéndose más fuerte que la otra.

Y para mantener esta información contigo, recuerda que cada persona tienen la necesidad de expresarseNo es sólo nuestra voz interior la que quiere salir.